No todo es infidelidad 3




¡Hola, putis!


En nuestro post anterior sobre cómo conservar nuestra fidelidad matrimonial durante nuestras inocentes interacciones con otros hombres prometimos que incluso era posible lamer otras pollas 
y seguir siendo una esposa súper fiel. 
Pues así es:





Por encima del pantalón. Ajá. Puedes lamer la polla a otros hombres y no estar yendo más allá de una interactuación social similar a un simple apretón de manos o una caricia accidental. 

Bueno, quien dice pantalón, dice ropa interior...


Leamos un correo que me enviaron a raíz del post No todo es infidelidad 2...



Marta (28) me comenta que estuvo chupeteando la polla de un amigo de su novio por encima de los slips y se siente algo mal por ello.



Marta, mi vida, eso es tan inocente como creer en los Reyes Magos.
Este año escríbeles una carta con lo que más desees, porque te aseguro que has sido demasiado buena.







Podéis tranquilamente babosearle lo polla a cualquier tío por encima de la ropa interior.
Chiiiiiii...


Aquí sólo hablamos de escenificación de la hipotética idea de una mamada.


A ver, si accidentalmente sobresale el glande y lo laméis con cuidado y contención, tampoco pasa nada.

Espera que aún no he dicho nada de meterte la polla en la boca. 
Ten un poco de paciencia, cariño.


Fíjate en la rubia qué decente...
Esto ni siquiera entra en la categoría de flirteo inocente. 
Básicamente es lo mismo que decirle a un chico "guapo". A ese nivel.




Es cierto que tampoco hace falta tapar la polla con una sábana, no tenemos intención de hacernos monjas. Así que también puedes usar la boca y los labios para "mamar" un poco ese champiñón rosado.  Aunque, claro está, un besito es lo más casto.  


¿Golpearte la lengua con la polla de otro?
¿Por qué no?
Luz verde...


Estoy dando ideas para salvaguardar vuestra fidelidad.
Mientras no te las metas en la boca, 
no estás traspasando ningún límite moral. 
¿Que te pone el olor de la polla sudada de un obrero después de un duro día bajo el sol y te vale con sólo inspirar el aroma a virilidad ejercitada?
Estupendo...



Déjame oler un poco, a ver...
¡¡¡¡Mmmmm!!!



 Pues me parece una opción muy razonable y un ejemplo de cautela y precaución. Adelante. Otras se conforman con oler flores y tú pollones sin lavar. ¿Y qué? Cada una que haga lo que le dicte la conciencia. ¿Quién te lo impide?


Lo crucial es no introducir el glande entero dentro de la boca. Ese el el límite infranqueable.

Vale. Esto también está permitido. Puedes lamer todo ese bálano envanecido en bucle lujurioso y no pasa nada de nada. ¿Otro hombre está dentro de tu boca? No, ¿verdad? Pues eso.





Muy bien, volviendo al beso púdico y alguna lamida sin importancia.


Oye... Qué besitos más cariñosos, ¿no?




Uff. Cuidado con lamer tanto el glande porque se ponen las pollas muy abotargadas y luego te mueres 
por tragarlas enteritas. Cuidado ⚠️


¿Ves? OJO ahí que te envicias.
Fuera de la boquita que nos emputecemos.



Buena idea, pero muy risky.




Quedarás como una chica con una imaginación desbordante si te centras un poco. Por ejemplo, lame la hendidura donde nace la corona del mástil. Es una zona poco lamida y quedas muy original. 
Tips, tips.


Pero, mucha precaución...


 Evitemos chupetear mucho tiempo el fatuo bornizo como una zorra descosida, porque acabas devorando pollas como una puta de polígono en una manifestación de camioneros. 
¡No corramos riesgos innecesarios!



Red flags!  🚩🚩🚩

No me estáis oyendo.
¿Veis? Ya no hay vuelta atrás.


Como si oyera de llover...
Alaaa, y porque no le cabe más...


¡Hola! ¿Hay alguien ahí?
Que no te puedes meter la polla en la boca pedazo de putón...

Bueno, un poquito tampoco pasa nada. 

(...)

Espera, nena.
Esto ya es...


Como sigas mamando esa polla de ese modo, no podrías jurar con una mano en la Biblia 
que le eres fiel a tu marido.


Chiquilla, contrólate un poco.
Aunque es una polla perfecta, joder.


Espera un momento.
Tampoco es cuestión de provocarte arcadas, chiquilla.


Esta ha salido algo puta.



Pero bueno...
¿Para qué me pongo a escribir un post sobre respetar los límites de fidelidad si estáis babeando pollas?


Os mato, pedazos de putas.
Un poco de respeto. Que sois mujeres casadas, por Dios.


Así mejor. Madre mía. 


Claro. Ella sí me escucha. ¿Veis?
Lamiendo como una niña buena.


Los huevos, muy bien.


Otra esposa ejemplar.


Uff, qué cocos más grandotes, ¿no?


Está bien. Disfruta de esos cojones de toro. Un pelín ávida la nena, pero correcto.


Un aplauso, chicas. Sois todas unas esposas modélicas.


Ya, ¿no?


La verdad es que llevas más de una hora duchando a ese tío con tu saliva pero nada reprochable.




Siempre dispuestas y esforzándonos para serle cada día más fieles a nuestros maridos.
 Siempre safe.
Veo que lo vais pillando.


Espera. Y ahí va otro putón con la boca abierta otra vez. Nooo, así no. Ese tío tiene malas intenciones.
Cuidado, cuidado...




Prepárate para la sopresa...


¡Toma!


¡Zas! En toda la cara...


Te lo advertí. 
Normal con tantas babosadas. 
Relax, no ha pasado nada recriminable.
Mmm, está rico, sabe a hombre, lo sé. 
Pero tampoco te pongas a
 rebañarte la cara ahora. 
Ante todo dignidad. 


Tú guarda la compostura.
Digna.


Verás, chica, los hombres
 dominantes son así. 
Se corren encima de ti para marcar su territorio como animales. 
Y por eso nos gustan tanto.
Por lo brutotes que son, mmm. 




A ver, es semen que eyaculan en tu boca, 
no te estás metiendo una raya de coca...
Relativicemos. 

Es algo natural. Y puede ocurrir.
Tú puedes estar lamiéndole inocentemente los cojones a un tío con la conciencia super tranquila y de pronto encontrarte embadurnada de leche. ¿Y qué?



No por eso estás traicionado a tu país, ni mucho menos a tu marido,
 novio o lo que sea.
Aunque lo parezca...


De todas formas aconsejo evitar
lamer a un tío más de media hora seguida. 
No es por nada, sólo porque se puede descontrolar la cosa un poco.
Las pollas se hinchan mucho, te emputeces y luego acabas traspasando las líneas del decoro.


Ay, mira, mordisquear el prepucio levemente. Buena idea. 
Qué delicia, ¿no?



Los peces gordos suelen tener unos pollones sin circuncidar realmente irresistibles.


Uy, pero esto ya es un poquito insistente.



Si sigues así es fácil que te pongan la cara perdida y luego te toca dar explicaciones.


Mira, nena, parece que lo estás buscando.




Vas trepando y trepando y de pronto...
Splash!!!


Desastre en tu carita!!!


Insisto. Si eso ocurriera, no te desboques y conserva la dignidad. 
La dignidad ante todo. 
No vayas a ponerte a tragarte 
el semen de cualquiera
 como si fuese néctar de los dioses.
Respétate un poco, zorrón.


Mírala y luego le da asco la leche de almendras.


Esto habría que evitarlo
 en la medida de lo posible.
Sobre todo, porque ya los tíos dejan de tenerte respeto y eso. 


Cuando un hombre se corre en tu boca o cara, sienten que te poseen. 
Son así de simples.


Así que si te llaman puta o algo así mientras eyaculan, no te lo tomes a mal.



Espérate que te la estás comiendo prácticamente enterita, guapa. 
Contrólate un pelín...


A veces es mejor no mostrar ninguna reacción y seguir chupando decorosamente la polla corrida.


Es una manera de minimizar el hecho de que te estés tragando
 el semen de otro hombre.
Si no le damos importancia, es como si no hubiera ocurrido.


Puedes acabar con la cara perdida, pero no te alarmes. 
Algunos hombres se excitan sobremanera cuando somos esposas inocentes
y fieles y descargan cantidades compensatorias de semen sobre nuestras caras.


Sigues siendo fiel a tu esposo.
Mientras no te relamas, claro.


Una eyaculación descontrolada no es el fin de tu matrimonio. Yo me veo así a diario...



A ver. Es una eyaculación, 
no un crimen...


Sobre esa carita de princesa parece que se ha corrido todo el equipo de rugby, pero bueno.


Lo que no es admisible es que te pongas a relamerte, bonita.


Pero bueno...


Mira, haced lo que queráis...

Si te pilla tu marido de esa guisa, también puedes decirle que sólo estás siguiendo los consejos de estética de Carmen Lomana, que dijo en la tele que el semen es buenísmo para la piel. 
Que te lo deja súper bien y que a ella lo absorbe todo... 


Bueno, hasta aquí el episodio de hoy. Síguenos para próximos consejos de cómo preservar nuestra escrupulosa lealtad a nuestros esposos y no caer en la apostasía. 


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