Oscura Obsesión

Tu marido no tiene tanto vigor empotrador.



Esa sensación de besar unos labios inéditos por primera vez.



¿Te merece la pena ser fiel a tu esposo y no poder jamás disfrutar de una polla así?




Ese cosquilleo que sientes en el cuello uterino nunca te miente. 




Ese exceso de salivación ante la posibilidad de lamer un mástil venoso de ébano tentador
delata tus deseos más oscuros. 




Se te hace la boca agua, lo sé. 




Te lo mereces. 




Es imposible detener a un toro cuando decide embestir.





¿Tanto quieres a tu marido que podrías evitar la tentación de perderte
en esa espalda de azabache cubierta de sudor?




Tus rodillas se convierten en gelatina cuando estás delante de un hombre que rezuma seguridad.




Imáginate que eres tú. Tan indefensa. Expuesta y en peligro.




Aunque te descubriera tu marido,
él ya no podría hacer nada por detener a un semental de este tamaño y potencia. 




Un negro así te llega a llenar el vacío más recóndito de tu alma.




Esa inabarcable felicidad
taponando tu boca. 




Tu mujer jamás se ha entregado así a un hombre. 



Tu mujer no puede apartar la mirada de ese pollón. 





Ahora eres sólo suya y te a follar hasta el tuétano. 






Entre, ah, bestias indomables. 





Este tío le está removiendo a tu mujer el quilo del duodeno. 





Hay cosas que no se pueden comprar con dinero. Y la genética es una de ellas.




Ahora abre la boquita. 




Tu hija también. 




Después de esto tu mujer dejará de verte como un hombre. 




Tu mujer se luce cuando la estás mirando. 




Verla correrse así con otro, te pone en tu sitio. 




Y tu marido leyendo bajo la sombrilla. 




El momento en que eclosiona la puta que llevas dentro. 




Ahora eres mía y harás todo lo que te ordene. 




Recién salido de la ducha y oliendo a colonia de hombre. 




Es más grande que el brazo de tu marido. 




Parece que tu hija disfruta más que él. 





Ella te mira y tú te sonrojas. 




No quiero mirar por si me enamoro. 




Ella jamás te mirará con tanta admiración. 






Tú le regalas flores y poemas, pero jamás podrías empotrarla de este modo. 






El vacío que te deja...




Atrapada y corriéndose a gritos. 




Suena un mensaje de madrugada. Es un vídeo. ¿Reconoces a tu novia?




Estás a punto de saber lo que es tener a un hombre de verdad dentro. 
¿Preparada?






Te gustaría ser ella, ¿verdad?




Sí, es posible tener un orgasmo mientras haces una mamada. Tu mujer te lo puede asegurar. 




Esto sí es follar. 




Chocolate, pecado y saliva. 




No pido más. 




A la mierda el amor, joder. Me corro otra vez. 




¿Crees que ella se acuerda de ti?




Relieve, aceite, músculos. 




Se sientes como una perra con una polla así. 




Sí, sí, sí, soy vuestra putita. 




No hace falta tener dinero para impresionar a tu mujer. 




Y tú conduciendo.




Dios mío, eres perfecto. 




Devastada. 




Un dios. 

 

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