Las chicas las prefieren grandes I

Menudo pollón.
La tuya me parece ahora ridícula.

Mis papilas gustativas están salivando de emoción.

Tan grande, tan inabarcable, tan varonil. Y mírate tú. Eres patético y muy poca cosa.

Quiero sentir cómo palpita y se hincha esa hombría desmesurada en mi boca.

Quiero llenarme la boquita de ese semen tibio y salado. ¿Puedo? ¿Me das permiso? ¿Sí?

Dios mío. ¡Cómo tiene que ser sentir ese manubrio tensándose así en mi pequeña boca húmeda!

Ay, me pone nerviosa ese brillo engrasado.

No le cabe en la mano. Y con la tuya me sobran dos dedos. ¡Perdedor! Ji, ji, ji.

Ahora sé lo que me falta para llenar el vacío de mi alma. Ay, que pierdo el conocimiento.

¿Me entraría por el culito? Yo pondría todo de mi parte para que me lo rompiera, sí.

Podría estar horas mamando eso y la afortunada sería yo, no él. Yo sólo sería una putita más, pero para mí sería un dios.

Me pone tonta y babosa un morcillón así.

No se puede quedar esa gotita de semen resbaladiza sin lamer. Dios.

Mira cómo se recrea esa zorra. ¡Cómo la envidio! Le está poniendo amor la muy perra. ¿Quién pudiera?

Sería tan fácil llegar al orgasmo libando una verga así de sabrosa.

No quiero quedarme sin saber lo que se siente cuando te llegan al cérvix vaginal y te lo machacan.

Me dolería, sí. Pero sólo al principio.

El tamaño no me importaba hasta que vi una polla de verdad.

No puedes competir con un hombre así.
Jamás podrías llegarme tan hondo.

Los esfínteres de mi ano me hacen cosquillitas porque saben lo que necesitan.

Sabiendo que existen pollas así, no puedo conformarme ya contigo. Entiéndelo.

Mira a esa putita cómo disfruta. Ojalá estuviera yo en su lugar, ay.

Una polla así te da seguridad, sensación de firmeza y plenitud. La tuya me da pena.

Pintarme los labios para perder el carmín sobre una polla así, Dios mío.

Y dime una cosa, maridito. ¿No te gustaría chupar junto a mí una cosa así?
 Las dos putitas perdidas. 

 

Comentarios

Entradas populares