Toros y putas


-Voy a romperte el culo, zorrita.
-Ay, sí.

Deja que mi marido nos mire.
Qué bueno estás.

-Cuando acabe con el culo de tu mujer, no va a poder sentarse en una semana.
-Ains, cari, qué ilusión.


-Vamos al dormitorio.
-Está mi marido.
-Por eso.
Esto es todo lo que necesito.


Cuando tu mujer te cuenta sus infidelidades.

Para tu novia era su primera comunión.

-Está muy dura, toca.
-Es preciosa.

Ven aquí y chupásela para mí.

 

Estás deseando besar esos labios.

Por fin tu mujer sabe lo que es un hombre.

Tu novia disfruta más que él.

El profesor particular de tu hija se sobrepasa en sus funciones, pero ella no está dispuesta a denunciarlo.

-Eres un puta barata y tu marido no lo sabe.
-Oh, sí. Una puta de polígono, pero ese cornudo no se entera.

¿Qué mujer puede resistirse a un castigo tan ejemplar? La tuya desde luego no.

Tu mujer era reacia a invitar a tu amigo narcotraficante a cenar.
 Pero sólo al principio.

Y tú leyéndoles a los niños
un cuento para dormir.

Tu mujer tiene siempre
 la mandíbula tensionada.
¿Por qué será?

Tu mujer ya le ha dado la bienvenida al nuevo vecino.

Otra vez tiene tu mujer
que pagar tu deudas
de tu partidas de póquer.
Ella está encantada de que seas un perdedor.

Ay, cariño, gracias, ay, gracias por traerme un macho a la cama.

Ahora comprendes a tu mujer cuando dice que tú no la llenas como él.

Ahora sabes que tu mujer siempre ha fingido los orgasmos contigo.

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